19/11/12

DESEQUILIBRIOS DE LA CALIDAD NUTRICIONAL ACTUAL



La calidad nutricional de los alimentos de hoy se ve alterada por múltiples factores
que abarcan desde el modo de producción, cultivo, al de conservación, envasado, distribución y también nuestro modo de cocción.

Nuestra alimentación se caracteriza por abusos y carencias, debido a que las necesidades actuales de nutrientes no se corresponden con la ingesta real y biológicamente se explican los hoy frecuentes estados prepatológicos como astenias, nerviosismo, alergias y depresiones, diabetes, procesos cardiovasculares e hipertensión…

Factores que causan, Y acentúan la baja calidad NUTRICIONAL:

La BAJA CALIDAD DE LOS ALIMENTOS

Los métodos de cultivo agrícola afectan negativamente a la calidad de nuestros alimentos.

Genera unos alimentos caracterizados por una carga tóxica química y carencias en nutrientes esenciales. El objetivo es producir y no importan las herramientas que se utilicen: agroquímicos como pesticidas, herbicidas, fertilizantes químicos, etc. Todos ellos tóxicos.

La agricultura moderna ha modificado la composición del terreno, ha empobrecido los suelos lo que repercute en los nutrientes que componen al alimento. El empobrecimiento en minerales es de aproximadamente el 68% desde los años setenta.

Gran parte del terreno agrícola, por su sobreexplotación, contiene muy poco selenio, éste es un mineral protector contra las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, y se ha demostrado que quienes viven en regiones cuyo suelo posee bajo contenido en selenio, presentan mayor riesgo de tener estos procesos.

La industria alimentaria y los procedimientos modernos de producción, conservación y almacenamiento agravan la pérdida de la calidad nutricional del alimento, de nuevo por pérdidas de nutrientes esenciales e incremento de la carga tóxico-química por el uso de aditivos alimentarios como conservantes, colorantes o saborizantes.

La industria alimentaria nos ofrece alimentos desnaturalizados, desvitalizados, manipulados que han sufrido graves pérdidas de nutrientes, un producto que carece de micronutrientes esenciales como los minerales o vitaminas o los tienen en cantidades muy reducidas. La vitamina E, que ejerce una gran función antioxidante-protectora de las demás vitaminas y ácidos grasos insaturados esenciales, es termosensible a la acción del calor o la luz.

Se producen grandes pérdidas de vitamina E en el proceso de obtención de los aceites cuando interviene el calor o por su mal envasado y la acción de la luz. Su deficiencia tiene consecuencias complejas a nivel del equilibrio vitamínico, con otros nutrientes como de los ácidos grasos tanto en un alimento como en nuestro organismo. Por ello, la única garantía de que un aceite nos aporte ácidos grasos insaturados y vitamina E, es que haya sido obtenido por presión en frío y que este envasado en una botella opaca.

Hoy nos encontramos con modernas y nuevas tecnologías en la alimentación, cuyos efectos a corto y largo plazo se desconocen, como la irradiación sistemática de los alimentos o las atmósferas controladas como método de conservación. ¿Qué consecuencias puede traer la generalización de procedimientos de conservación por irradiación sobre los que tanto discrepan las diversas legislaciones nacionales? El objetivo de todos estos procesos es aumentan la rentabilidad del producto, pues muchos de ellos por ejemplo evitan que se enrancien.

La calidad de la nutrición es un factor esencial como aporte de nutrientes indispensables para la bioquímica corporal y porque esta alimentación industrial, caracterizada por los tóxicos químicos como los aditivos alimentarios o los conservantes, añadidos durante el procesamiento o los agroquímicos como los pesticidas, aumentan las necesidades de antioxidantes o de cofactores enzimáticos para las reacciones de desintoxicación. La carga tóxico-química de la alimentación moderna es enorme, cerca de 250 pesticidas y herbicidas, unos 60 de los cuales están reconocidos como cancerígenos.

Una alimentación donde predominan los azúcares y cereales refinados aumentan las necesidades de micronutrientes como las vitaminas del grupo B y el cromo para preservar el equilibrio glúcido-lipídico del organismo. Esta alimentación además comporta trastornos clínicos de disglicemia: hipo-hiper y provoca trastornos degenerativos, crónicos.

Los métodos de cocción o la preparación culinaria, aumentan la carencias de nutrientes del alimento. La cocción prolongada de legumbres, oxida y destruye las vitaminas E, vitamina C vitaminas B. Las verduras cocidas, raspadas, peladas...dejan en la cacerola o el fregadero las vitaminas solubles B y vitamina C, así como la mayor parte de sus minerales.

El horno y el microondas alteran la vitaminas, sobre todo la vitamina B6.

El vapor suave y la cocción a baja temperatura, son los que conservan mejor los nutrientes.

Por ello se recomienda el aumento del consumo de alimentos crudos, como las ensaladas.

Calidad del medio ambiente y estilo de vida

El medio ambiente industrial en el que vivimos, crea unas condiciones de toxicidad de más relevancia según se viva en una ciudad o en el campo. La contaminación ambiental por las industrias químicas, los materiales de construcción, transporte, los plásticos, los productos de limpieza, las radiaciones, los agroquímicos…que van contaminando el aire, el agua y los suelos. La calidad del medio ambiente debe ser uno de los objetivos de la ecología nutricional moderna, que no quiere un retorno ilusorio al pasado sino que propone una reflexión sobre los medios de producción: cultivo, conservación... capaces de asegurar un equilibrio nutricional adecuado. Por nuestro estilo de vida actual industrializado, como la contaminación del aire que respiramos, por ejemplo, aumenta los requerimientos de micronutrientes antioxidantes, como la vitamina E y vitamina C, selenio y aminoácidos azufrados, que balancean la enorme carga tóxica a la que nos exponemos. Una exposición continuada a la luz artificial aumenta las necesidades de vitamina E, fundamental en la fertilidad, el metabolismo fosfocálcico, el crecimiento y prevención del raquitismo y la osteoporosis. La falta de luz en las ciudades con atmósfera contaminada impiden que la luz nos llegue a la piel y se produzca la síntesis de vitamina D a nivel cutáneo. La diferencia entre nuestro mundo y el de nuestros abuelos estriba en la calidad de nuestro medio ambiente, las características del aire, el agua y los alimentos. Es enorme la influencia de la cultura y la sociedad: sus valores y creencias, la educación sobre el cuidado de la salud, la reducida actividad física, la actividad laboral, los hábitos tóxicos, el factor que caracteriza a nuestro sistema: el estrés…

Los regímenes alimenticios agravan las carencias y desequilibrios. Las dietas para adelgazar, la cultura de los light, mil y una dieta para perder celulitis, el ácido úrico o el colesterol, todos estos regímenes hipocalóricos, hipolipídicos o hipoglucidicos inducen carencias de vitaminas A, vitamina E y vitamina C y de minerales: magnesio, calcio, potasio, cinc y hierro. El consumo excesivo de fitatos, por el consumo de salvado de trigo aislado para solventar el estreñimiento, al ser un secuestrador de nutrientes, induce a carencias de minerales, especialmente de cinc e hierro.

Los hábitos tóxicos.

El tabaco, sus alquitranes y el humo activa o pasivamente ataca a los órganos digestivo y respiratorios, están mas que demostrados los efectos cancerígenos del tabaco. Un cigarrillo consumido requiere 30 mg de vitamina C para la compensación metabólica, cuando la necesidad diaria de vitamina C esta entre los 50-100 mg diarios. El alcohol, toxico del hígado y páncreas, afecta a todos los órganos digestivos, reduce la absorción y biodisponibilidad de micro nutrientes, favoreciendo las carencias de vitaminas B1, B3, B6, B9 y B12, calcio, magnesio y cinc.

Todos los tóxicos y drogas provocan oxidación radical. En cambio los vinos de buena calidad, artesanales tomados en dosis aproximadas de dos vasos al día aportan taninos, vitaminas y minerales.

Las bebidas excitantes como el café, el té, las especias en cantidades excesiva provocan inflamación de órganos y mucosas digestivos que inducen trastornos en la absorción de nutrientes. Además el café y el té son secuestradores de minerales.

El consumo habitual de ciertos medicamentos y el peligro de la automedicación, como los antibióticos, los antiinflamatorios y los laxantes, entre otros, modifican la absorción a nivel de la flora intestinal, que se reduce por la toma de antibióticos de gran espectro y no puede realizar la síntesis de las vitaminas del grupo B, además actúan como agentes quelantes de magnesio y tienen un efecto radical. Por ello cuando se sigue un tratamiento, se recomienda tomar antioxidantes como betacarotenos, vitamina C, E y selenio.

La ingestión de hormonas, como los anticonceptivos orales aumentan las necesidades de vitamina B6 piridoxina, vitamina B2 rivoflavina, vitamina C, folatos y cinc.



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