10/1/13

LA NUTRICIÓN CONSIDERADA COMO UN YOGA


“Una comida es una ceremonia mágica gracias a la cual la nutrición debe transformarse en salud, en fuerza, en amor y en luz. Observaos cuando habéis comido en estado de agitación, de cólera, de rebelión; luego, durante todo el día manifestáis acritud, nerviosismo, parcialidad, y si tenéis problemas difíciles que resolver, la balanza se inclina siempre hacia el lado negativo. Intentáis justificaros diciendo: «¡Qué quieres, no puedo remediarlo, estoy nervioso!», y para calmaros tomáis medicamentos, lo cual no sirve prácticamente para nada. Para mejorar el estado de vuestro sistema nervioso debéis APRENDER A COMER”

“¡No es posible comer de cualquier manera, en medio de ruidos, nervios, prisas, e incluso disputas; y luego ir a practicar yoga! ¿No es mejor darse cuenta de que cada día es una oportunidad para hacer dos o tres veces un ejercicio de descanso, de concentración, de armonización de todas vuestras células?”

Omraam Mikhaël Aïnvanhov

Alimentarse es mucho más que tragar para aprovechar los elementos físicos (proteínas, minerales, …) de la comida. Lo que trabajamos con la boca y con el aparato digestivo varias veces al día tiene más implicaciones que las nutricionales. Últimamente, y gracias especialmente a la experta en alimentación energética Montse Bradford, se habla mucho del tema de la alimentación y las emociones (conferencialibro); y más allá del nivel emocional, la comida también puede aportarnos un trabajo espiritual de primer orden.

“La nutrición considerada como un yoga” es una de las 116 reglas de oro para la vida cotidiana que expone Omraam Mikhaël Aïnvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, quien tiene una obra dedicada enteramente a esta materia: “El yoga de la nutrición“.

¿Cómo podemos convertir el momento de la comida en una clase de yoga?: silencio, tranquilidad, masticación, ser conscientes de lo que nos aportan los alimentos a diferentes niveles, agradecimiento y más.

Estas son algunas pinceladas sobre el tema y abajo ampliamos con otros libros que abordan el mundo de la cocina, la meditación y la felicidad:


La nutrición considerada como un yoga
¡Cuántas personas desequilibradas a causa de una vida trepidante buscan algún sistema para equilibrarse! Y practican yoga, hacen meditación transcendental o bien aprenden a relajarse. Eso está muy bien, pero según mi punto de vista existe un ejercicio más fácil y más eficaz: aprender a comer. ¿Os sorprende? ¿Por qué? ¡No es posible comer de cualquier manera, en medio de ruidos, nervios, prisas, e incluso disputas; y luego ir a practicar yoga! ¿No es mejor darse cuenta de quecada día es una oportunidad para hacer dos o tres veces un ejercicio de descanso, de concentración, de armonización de todas vuestras células?

En el momento de sentaros a la mesa comenzad por expulsar de vuestro espíritu todo aquello que puede impediros comer en paz y en armonía. Y si no alcanzáis este estado en seguida, esperad para empezar a comer hasta el momento en el que hayáis conseguido calmaros.

Cuando coméis en un estado de agitación, de cólera o de descontento, introducís en vosotros desasosiego, unas vibraciones desordenadas que se transmiten a todo lo que hagáis después. Incluso cuando intentáis dar una impresión de calma, de control, sale de vosotros algo agitado, tenso y cometéis errores, ofendéis a las personas o a las cosas, pronunciáis palabras torpes que os hacen perder amigos y os cierran las puertas… Mientras que si coméis en estado de armonía, resolvéis mejor los problemas que se os presentan después, e incluso si durante todo el día os veis obligados a correr de aquí para allá, sentís dentro de vosotros una paz que ostra actividad no puede destruir. Comenzando por el principio, por lo nimio, se puede llegar muy lejos.

No creáis que la fatiga se produce siempre porque habéis trabajado demasiado. No; muy a amenudo se produce por un despilfarro de fuerzas. precisamente, cuando tragamos el alimento sin haberlo masticado bien, sin haberlo impregnado suficientemente con nuestros pensamientos y otros sentimientos, es más difícil de digerir, y el organismo, que tendrá dificultad para asimilarlo, no podrá beneficiarse totalmente.

Cuando coméis sin ser conscientes de la importancia de este acto, aunque vuestro organismo se fortalezca sólo recibe las partículas más groseras, más materiales, lo cual es poco comparado con las energías de las que os beneficiaríais si supierais verdaderamente comer en silencio, concentrándoos en el alimento para recibir los elementos etéricos y sutiles. Así pues, durante la comida, concentraos en el alimento proyectando en él rayos de amor; en ese momento se produce la separación entre la materia y la energía: la materia se disgrega, mientras que la energía penetra en vosotros y podéis disponer de ella.

En la nutrición lo esencial no son los alimentos en sí, sino las energías que estos alimentos contienen, la quintaesencia aprisionada, pues en esta quintaesencia está la vida. La materia del alimento sólo sirve de soporte, y justamente esa quintaesencia tan sutil, tan pura, no debe únicamente servir de alimento a los planos inferiores, al cuerpo físico, al cuerpo astral y al cuerpo mental, sino que debe también servir para alimentar el alma y el espíritu.

Omraam Mikhaël Aïnvanhov
Reglas de oro para la vida cotidiana
El yoga de la nutrición

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